Carlos Correa está de regreso con los Astros de Houston, reuniendo a uno de los jugadores más icónicos de la franquicia con la ciudad donde se convirtió en una estrella.
Aunque los fanáticos de los Astros están muy familiarizados con el infielder puertorriqueño, el hombre detrás del impactante canje aún no lo ha conocido.
“Solo lo he conocido como oponente… y estoy ansioso por conocer a este tipo”, dijo el gerente general Dana Brown el jueves. “He escuchado tantas cosas buenas sobre él y he visto lo que es capaz de hacer en el terreno. Lo da todo cada día”.
Correa fue traspasado a los Astros desde los desmantelados Mellizos de Minnesota antes del cierre del mercado de canjes, inyectando un impulso muy necesario en su cuadro interior.
“Este es un tremendo paso para el equipo, para la ciudad y para nuestro futuro”, dijo Brown. “Creemos que aportará mucho, no sólo como jugador, sino también como persona: su liderazgo y la energía que aportará a este club. Estoy entusiasmado”.
Correa cumplió los primeros siete años de su carrera en Houston, donde se convirtió en uno de los jugadores más queridos en la historia de la franquicia, con seis participaciones en los playoffs, tres campeonatos de la Liga Americana y su primer título de la Serie Mundial en 2017, una consagración que fue manchada por un escándalo de robo de señales.
Primera selección en el draft amateur de 2012 y Novato del Año de la Liga Americana en 2015, Correa fue parte del núcleo formado en casa que ayudó a los Astros a pasar de ser el hazmerreír de la liga a constantes protagonistas en octubre.
Los Mellizos recibieron a Matt Mikulski, un lanzador de ligas menores, a cambio de Correa. También cubrirán el pago de 33 millones de dólares correspondientes a los casi 103,5 millones estantes en su contrato.
Mikulski, de 26 años, quien fue una selección de segunda ronda en el draft de 2021 por San Francisco, fue promovido a principios de esta temporada a la filial de Clase A de Houston en Asheville
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