El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo a los periodistas el martes que los ataques dentro de Venezuela comenzarán “pronto”.
“Vamos a empezar a realizar esos ataques también en tierra”, declaró Trump a la prensa tras una reunión de gabinete en la Casa Blanca. “Sabemos dónde viven. Sabemos dónde viven los malos, y vamos a empezar con eso muy pronto”.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, quien también estuvo presente en la reunión del gabinete, dijo: “Recién hemos comenzado a atacar barcos narcotraficantes y a arrojar a los narcoterroristas al fondo del océano”, y agregó que el ejército estadounidense se está “sacando los guantes”.
Tanto Hegseth como Trump también dijeron que no tenían conocimiento de un segundo ataque a un presunto barco cargado de drogas en septiembre, en el que murieron dos personas que habían sobrevivido a un ataque inicial.
En cambio, el Pentágono dijo que el segundo ataque fue ordenado por el almirante de la Marina Frank Bradley, quien se desempeña como jefe del Comando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos (SOCOM).
La semana pasada, el Washington Post informó que Hegseth había dado una orden verbal de matar a todas las personas a bordo de barcos sospechosos de transportar drogas, lo que provocó críticas de legisladores y grupos de derechos humanos que sospechan que podrían haberse cometido crímenes de guerra.
Desde septiembre, Trump ha autorizado ataques contra pequeñas lanchas rápidas que presuntamente transportan drogas frente a las costas de Venezuela y Colombia. Más de 80 personas han muerto hasta la fecha, y en agosto, Estados Unidos comenzó a enviar buques de guerra militares al Caribe.
La mayoría de los analistas no ven el aumento de tropas militares como un esfuerzo viable para combatir el narcotráfico, sino más bien como una postura del gobierno estadounidense para forzar un cambio de régimen en una Venezuela autocrática.
El 24 de noviembre, Estados Unidos designó al Cártel de los Soles como Organización Terrorista Extranjera (FTO), alegando que lo que la mayoría de los analistas de narcóticos llaman una red informal de oficiales militares corruptos que trafican con drogas, en realidad está controlada por el presidente venezolano Nicolás Maduro.
Yván Gill Pinto, ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, rechazó la designación, diciendo que EE.UU. “obstaculiza el desarrollo de los pueblos del Caribe y no aporta nada a una verdadera y genuina lucha contra el narcotráfico”.
El martes, el secretario de prensa del Pentágono, Kingsley Wilson, dijo a los periodistas que los 82 asesinatos de “narcoterroristas” habían salvado potencialmente 25.000 vidas estadounidenses de sobredosis.
Agregó que Estados Unidos tiene un plan de contingencia en caso de que Maduro intente salir del país.
“El departamento tiene un plan de contingencia para todo”, afirmó Wilson. “Somos una organización de planificación; si algo ocurriera en cualquier parte del mundo, tenemos una respuesta preparada y preparada”.
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