Más de 20.000 migrantes han sido arrestados en Texas por el Servicio de Migración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) desde que Donald Trump volvió a la presidencia de Estados Unidos, en enero pasado. Esto convierte a Texas en el Estado que más detenciones ha realizado en los últimos cinco meses. La cifra duplica la cantidad registrada en Florida (9.080) y triplica las 5.860 ocurridas en California, que ocupan el segundo y tercer puesto en la lista.
Según datos del ICE, publicados por el Proyecto de Datos sobre Deportaciones de la facultad de derecho de la Universidad de California en Berkeley, la campaña antiinmigrante de la actual Administración ha dado como resultado unos 95.000 arrestos en todo el país. El promedio diario va en aumento: de unos 300 el año pasado a más de 660 actualmente, aunque todavía no alcanza la meta de 3.000 por día que se ha propuesto el Gobierno. El ICE ni siquiera logró este objetivo después de que el subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, amenazara a finales de mayo con destituir a los directores regionales de la agencia que reportaran las cifras más bajas. Después de eso, se intensificó la estrategia del ICE, pero apenas lograron un promedio de 1.100 arrestos diarios.
En la mayoría de los Estados ha aumentado la cifra de detenciones con respecto a 2024. El mayor crecimiento lo tiene Idaho, que suma poco más de 300 en lo que va de año, lo cual representa un 924% más que las 77 que realizaron durante el año anterior. Florida y California, por su parte, muestran un aumento del 219% y 123%, respectivamente.
Texas ha crecido un 92%. Sin embargo, lidera con diferencia el número total de arrestos. En junio, por ejemplo, la oficina del ICE en Dallas expulsó hacia China a 122 migrantes con órdenes finales de deportación. Poco antes, la agencia había apresado a 16 indocumentados que permanecían ocultos en una casa en la ciudad de Mercedes. “Esta operación subraya el papel crucial que desempeñan el público y las fuerzas del orden locales para identificar e interrumpir las operaciones de tráfico de personas”, declaró al respecto el agente especial Mark Lippa, pues el sitio había sido descubierto tras una llamada anónima.
El gobernador del Estado, el republicano Greg Abbott, es uno de los mayores defensores de la política migratoria del presidente, a quien suele apoyar públicamente. “Trump proporcionará una frontera más segura que cualquier presidente en la historia de Estados Unidos”, aseguró poco después de la toma de posesión. Dos meses más tarde, los legisladores texanos propusieron un paquete de medidas contra las personas sin estatus legal, que incluían penalizar con cárcel a quienes las transportaran y prohibirles el acceso a los servicios de salud pública y educación.
También, bajo las órdenes de Abbott, Texas ha fortalecido la colaboración con el ICE mediante la Operación Estrella Solitaria, que autoriza a los policías a actuar como agentes migratorios, es decir, les permite detener a indocumentados y, en algunos casos, comenzar procesos para expulsarlos, aunque esto sigue siendo un asunto federal. Además, el Estado concentra el mayor número de camas para detención migratoria en el país. Según un estudio de la Universidad de Syracuse, a mediados de junio pasado, 12.623 personas se encontraban en centros de detención de migrantes en Texas. La cifra representa el 22% de los más de 56.000 detenidos que se reportaron en esa fecha a nivel nacional.
Actualmente, en los centros de detención de Houston muchos solicitantes de asilo permanecen encerrados durante meses sin acceso a abogados, pues hay más demanda que disponibilidad. La escasez de personal judicial ha provocado retrasos en los procesos y, de acuerdo con medios locales, gran parte de las personas arrestadas no ha recibido una audiencia inicial.
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