En una clara respuesta a la ofensiva llevada a cabo por los rebeldes hutíes que resultó en bajas estadounidenses, Estados Unidos lanzó una serie de ataques en Siria e Irak. Los bombardeos, dirigidos contra 85 objetivos vinculados a la Guardia Revolucionaria iraní y otras milicias aliadas, buscan disuadir futuras agresiones contra el personal militar estadounidense en la región.
La ofensiva de los rebeldes hutíes, que tuvo lugar el 28 de enero, provocó la muerte de tres militares estadounidenses y dejó a otros 45 heridos. En respuesta, Estados Unidos ha tomado medidas decisivas para proteger sus intereses y enviar un mensaje contundente de que las agresiones no serán toleradas.
Las autoridades estadounidenses han destacado la proporcionalidad de los ataques y la clara identificación de los objetivos, apuntando específicamente a grupos respaldados por Irán. La situación sigue siendo fluida, y se esperan más desarrollos en los próximos días.
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