El presidente del Partido Demócrata de Texas, Kendall Scudder, está defendiendo la expansión de las operaciones del partido en todo Texas.
“Nuestra obligación es construir un ejército de la clase trabajadora en cada rincón del estado con una estrategia de 254 condados. Eso no se soluciona encerrándose en habitaciones en Austin”, dijo Scudder.
El plan es abrir oficinas adicionales en Dallas, Houston, Amarillo y Eagle Pass, además de mantener una oficina y un miembro del personal en Austin.
“El partido necesita poder interactuar con el Secretario de Estado y aceptar las candidaturas. Y, por supuesto, cuando la Legislatura está presente, el partido necesita estar presente en la Legislatura”, dijo André Treiber, miembro del Comité Nacional Demócrata (DNC) de Texas.
Pero la sede del partido ya no estará en Austin, donde en el pasado residía la mayor parte de su personal.
En cambio, las funciones administrativas del partido se distribuirán en tres oficinas diferentes en Austin, Houston y Dallas, donde reside Scudder. Esto ha suscitado la preocupación de que personal experimentado abandone el partido antes de unas cruciales elecciones intermedias.
No me sorprendería en absoluto que tuviéramos personal que decidiera irse. Es decir, así son las organizaciones, eso es lo que pasa cuando las organizaciones crecen, cuando hay reubicaciones, cuando se abren nuevas oficinas. Hay gente que no quiere mudarse a esos espacios, dijo Scudder.
Una lista de propuestas de los miembros del Sindicato del Personal de Oficina del Partido Demócrata de Texas, entregada a Capital Tonight, incluía solicitudes de estabilidad laboral, la posibilidad de rechazar la reubicación sin despido, asistencia para la reubicación, una oficina híbrida en Austin, la eliminación de los requisitos de ubicación geográfica y la creación de un comité para supervisar la contratación. El partido está trabajando con el personal a medida que avanza en la implementación de los cambios.
“Eso fue parte del acuerdo que surgió de la reunión: que se mantendrá la presencia de Austin. Pero la mayoría del personal ejecutivo se mudará a Dallas”, dijo Treiber.
Scudder niega las acusaciones de los miembros que hablan de forma anónima que dicen que el personal del partido no recibirá compensación por un posible traslado o renuncia y atribuye los desacuerdos al cambio.
“El cambio es difícil. Sé que es difícil, pero no me eligieron para sentarme en la cima de un grupo de perdedores. Bueno, nos eligieron para salir a ganar elecciones”, dijo Scudder.
Al menos un miembro con derecho a voto, que no está a favor del cambio, está preocupado por la posibilidad de que el partido empiece desde cero.
“El público necesita saber qué hacen sus líderes electos con el escaño y el poder que les otorgamos. Y es responsabilidad del Partido Demócrata garantizar que ese mensaje se transmita. … También dificulta que los candidatos lleguen a las sedes para obtener la información que necesitan para llevar a cabo una campaña eficaz”, dijo Becca DeFlice, miembro del Comité Nacional Demócrata de Texas.
Otro miembro con derecho a voto dice que les pusieron en una situación difícil.
“Incluso alguien como yo, que quizá no esté de acuerdo con la reestructuración del personal, todos estamos de acuerdo en que tenemos que estar en todas partes”, dijo Treiber.
Mientras tanto, otros miembros del Comité Ejecutivo Demócrata Estatal están convencidos de que esto es lo que el partido necesitaba para avanzar en la dirección correcta.
“Para que la gente sienta que su voto cuenta, hay que estar presente. Hay que estar en su zona”, dijo Al Durante, miembro del SDEC por el Distrito Congresional 1.
El representante sindical del personal potencialmente afectado no respondió a múltiples solicitudes de comentarios.
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