El cierre permanente del consulado de Nicaragua en Houston ha generado especulaciones sobre las posibles motivaciones detrás de esta decisión y ha suscitado reacciones en la comunidad nicaragüense en Estados Unidos.
Algunos opositores al régimen de Daniel Ortega sugieren que el cierre de consulados en Estados Unidos, incluido el de Houston, podría ser parte de un intento por centralizar el control sobre las operaciones consulares y tener un mayor manejo de la diáspora nicaragüense.
Exiliados políticos y opositores al gobierno de Ortega consideran que estas medidas podrían ser una forma de represalia política contra la comunidad nicaragüense en el extranjero, especialmente aquellos que se oponen al régimen.
La comunidad nicaragüense en Houston expresa preocupación por las posibles dificultades que enfrentarán al no contar con servicios consulares cercanos. El cierre podría complicar trámites y servicios diplomáticos para los ciudadanos nicaragüenses en la región.
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