El Congreso local de Texas ha aprobado esta semana unas de las leyes más duras contra los inmigrantes en Estados Unidos. La mayoría republicana en el Legislativo ha aprobado una serie de normas que criminaliza a las personas que cruzan la frontera desde México. Estas convierten en un delito la llegada a Texas de forma ilegal y permite a las autoridades estatales deportarlas, algo cuya legalidad ha sido puesta en duda por algunos expertos y organizaciones de derechos humanos.
Estas leyes están a la espera de ser promulgadas por el gobernador del Estado, Greg Abbott, un político que ha explorado los métodos radicales combatir la llegada de inmigrantes, entre ellos enviar autobuses de inmigrantes a ciudades demócratas o instalar boyas y alambre de púas en el río Bravo. El político ya ha señalado que firmará las iniciativas para convertirlas en ley.
La iniciativa 4 de la Cámara de Representantes local provocó días de tensiones en el cuerpo legislativo. La aprobación de la cámara baja llegó un jueves de finales de octubre a las cuatro de la madrugada.
La mayoría republicana se impuso a los intentos de los políticos demócratas de descarrilar la propuesta del congresista David Spiller, que representa un condado del norte del Estado. Su propuesta permite detener a cualquier persona en cualquier momento y lugar bajo sospecha de haber ingresado ilegalmente a Texas, una entidad que tiene unos diez millones de habitantes de origen mexicano.
El Senado local también ha aprobado recientemente una iniciativa que permite a Abbott el uso de 1.500 millones de dólares extraordinarios para reforzar la vigilancia de la frontera con México, una zona que ha registrado números récord de cruces ilegales.
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